El vínculo de apego que se crea entre el adulto y el niñ@, no depende de lo que el adulto lo quireS, el apego NO ES AMOR.
El apego necesita para cultivarse lo más seguro posible que los padres tengamos regulación emocional, adquirida esta a su vez de nuestros padres y estos de nuestros abuelos… desde generaciones a generaciones los estilos de regulación emocional, la manera de relacionarnos con el mundo emocional se han ido heredando de una generación a otra. El modo de gestionar la ira, los miedos, la inhibición o impulsos, la confianza en una misma, la relación con las parejas, etc. serán marcadas desde generaciones pasadas a futuras. Nosotras marcadas por las generaciones pasadas y marcaremos el futuro de nuestros hij@s, niet@s…
Cómo poco todo esta cadena da que pensar y sentir la importancia que tenemos cada una de nosotr@ en el bienestar y la salud, ya no solo personal, familiar, también social.
Re-aprender a regular nuestras emociones es vital para la mejorar la herencia genética.
Si tuvimos padres muy miedosos, exigentes, controladores, autoritarios, rígidos, demasiado permisivos, ausentes, críticos, sobreprotectores… nos afectó en el modo que aprendimos a regularnos con nosotras mismas y con los demás.
Cuando en las familias no se habla de emociones, no se atienden, se evitan o se activan de un modo intenso, cuando el mundo emocional queda relegado a las emociones agradables y se intentan bloquear, evitar, reprimir las desagradables, entonces estaremos desprotegiendo a los niños y no le enseñaremos a enfrentarse a ellas desde la seguridad y conexión, desde la regulación emocional, no se practicará en casa y por tanto no se aprenderá la cadena la inteligencia emocional:

El modo de regular las emociones construirá el tipo de apego de l@s hij@s y esto podrá provocar problemas en su salud emocional, psicológica, física, social, de pareja en las diferentes etapas de su vida

